La depresión en el hombre.

Hola Silvia.

Me siento constantemente cansado, no tengo ni energía ni ánimo para hacer nada y mi familia me dice que posiblemente estoy deprimido, pero no me siento triste. ¿Tú que piensas?

Ilan.

Hola Ilan.

Es importante que estés consciente de que, aunque la depresión afecta tanto a hombres como a mujeres, la depresión masculina puede tener síntomas diferentes y por eso, a ellos, les cuesta detectar si están deprimidos.

Veamos algunos síntomas de la depresión en el hombre:

¿Tienes problemas para dormir o duermes demasiado?

¿Te sientes muy ansioso e inquieto? Es muy frecuente que se de, de manera simultánea, ansiedad y depresión.

¿Estás muy irritable, intolerante y/o tiendes a ponerte agresivo?

¿Has perdido el interés en los aspectos que eran importantes y/o agradables para ti?

¿Tienes problemas o falta de deseos en el aspecto sexual?

¿Experimentas sentimientos de vacío, desesperanza o te sientes incapaz ante cualquier situación que enfrentas?

¿Tienes dificultad para concentrarte o tienes problemas de memoria?

¿Has tenido alteraciones en tu patrón de alimentación, ya sea por exceso de deseo de comer o por inapetencia?

¿Has tenido pensamientos suicidas?

¿Tienes dolores o malestares físicos que no están asociados a alguna enfermedad en particular?

¿Sientes deseo de aislarte?

¿Estás realizando conductas de riesgo como manejar a exceso de velocidad o estando borracho?

No es necesario que tengas todos estos síntomas para diagnosticar una depresión masculina. Con que tengas 4 o 5 durante varios meses, es suficiente para poder hacerlo.

¿Te es difícil aceptar que estás deprimido?

No te preocupes, esta actitud de negación es bastante común, sobre todo en los hombres. Mucha gente cree que estar deprimido es estar mentalmente mal o que un hombre deprimido es un hombre débil, pero ambas creencias están equivocadas.

Es importante que tengas en cuenta que una depresión puede estar provocada, aparentemente, sin ningún motivo o puede ser el resultado de mucho estrés o de una pérdida. En el caso de estas dos últimas situaciones, es necesario, además de tratar esta enfermedad, (la depresión), atender y resolver aquello que actuó como disparador y que puede estar manteniéndola o incrementándola.

Al hablar de pérdidas, no necesariamente tiene que ser la muerte de un ser querido, puede tratarse de un trabajo, expectativas importantes no cumplidas, cambios en estilo de vida, esperanzas y sueños no logrados, la salud, autoestima o cualquier aspecto que sea importante para ti.

Uno de los síntomas que más pueden afectar durante la depresión en el hombre, son los que se conocen como pensamientos intrusivos, es decir, pensamientos que, con frecuencia, puedes ser poco importantes, involuntarios y no deseados, pero que, aparentemente no podemos controlar y que se nos presentan una y otra vez. Cuando se presentan constantemente, lo llamamos “rumiación” y da la impresión de que, mientras más queremos eliminarlos, más pensamos en ellos.

Esto provoca un círculo vicioso, ya que la depresión puede estar causada, en parte, por pensamientos negativos, pero estos la mantienen e incrementan. Posiblemente sientes que no tienes el control sobre ellos, pero no es así, simplemente no sabes cómo hacerlo y es lo que necesitas aprender.

Este tipo de pensamientos están centrados constantemente en los aspectos negativos, tanto de la situación que se está viviendo, como de lo que pensamos que va a suceder, tendiendo a exagerar este último punto.

Ten en cuenta que lo que vez como negativo puede no serlo tanto, ya que la depresión tiende a exagerar este aspecto y que, además, hay aspectos positivos que no estás viendo. Tener depresión es como usar lentes sumamente oscuros, sin darnos cuenta de que los traemos puestos, pero que están distorsionando la realidad.

Es posible, también que te evalúes y califiques muy negativamente por todo lo que haces y/o que te sientas culpable sobre lo que sucedió.

No es momento de calificarte ni de evaluar tu conducta ya que la depresión te impide ser objetivo, pero aun si fuiste responsable de lo que estás viviendo, el culparte, regañarte, castigarte y maltratarte, no te sirve de nada. Mejor enfócate en estar mejor, para ver cómo remediar la situación y qué puedes hacer para evitar futuros errores.

Durante una depresión, estamos convencidos de que tenemos razón en todo lo que pensamos, por lo que ignoramos los comentarios de las personas, pensando que no conocen los hechos o que simplemente quieren hacernos sentir bien.

El estar convencidos de algo, no lo convierte en verdad absoluta y menos cuando es un pensamiento distorsionado por una depresión. Pídele a alguien en quien confíes, que te ayude a analizar tus pensamientos y haz un esfuerzo por creer en sus palabras.

Trata de detectar qué estás pensando. Si te es difícil, pide ayuda o piensa qué es lo que pensaría otra persona que estuviera viviendo lo mismo que tú. Anota esos pensamientos, analízalos, quitándoles las palabras nunca, siempre todo y nada y tratando de plantearlos de manera más positivos.

Cuando tengas pensamientos negativos e intrusivos, ponte a hacer algo que requiera de tu atención. Puede ser algo importante o, simplemente jugar en tu cel, hablar por teléfono o cualquier otra actividad


¿Consideras o las personas que te conocen te dicen, que siempre has tenido una actitud muy negativa y pesimista de la vida?

Un cambio de actitud y un cambio en nuestra manera de pensar puede costarnos trabajo, sobre todo cuando estamos deprimidos y todo lo vemos difícil, pero es indispensable y sí se puede lograr. Empieza por buscar, todos los días, tres cosas positivas en algún lugar al que vayas, en alguna de las situaciones en la que estés y tres en cualquiera de las personas con las que trates.

Procura no mantenerte constantemente aislado y del tiempo que decidas compartir con algunas personas, elige a alguna con la que puedas hablar sobre lo que sientes.

Haz ejercicio por lo menos de 3 a 4 días a la semana. Puede ser caminar, andar en bicicleta, ir al gimnasio, nadar o cualquier tipo de ejercicio aeróbico. Si te cuesta trabajo, empieza con 10 minutos cada vez y ve aumentando poco a poco, hasta llegar por lo menos hasta 30 minutos o más.

Es muy probable que te cueste trabajo hacer muchas de las cosas que quieres o que tienes que hacer. Para poder facilitarte esta situación, establece una rutina en donde, sobre todo mientras te sientas muy mal, incluyas únicamente aquello que es realmente necesario, sin agobiarte con demasiadas actividades y simplificando aquellas que tienes que llevar a cabo, dividiéndolas en pequeños pasos.

Analiza a qué hora del día te sientes mejor y, si te es posible, utiliza ese tiempo para llevar a cabo las labores más pesadas o que más te desagradan.

No tomes decisiones importantes, a menos que sea indispensable y en estos casos, consulta y analiza la situación con alguien de tu confianza.

No te mantengas pasivo. Busca y realiza actividades que te den algo de placer o, por lo menos, que te distraigan. Si sientes que no estás motivado y que nada te llama la atención, realiza aquello que te gustaba hacer antes de la depresión o en alguna época de tu vida.

No esperes a estar motivado para actuar, ya que la actividad te va a mejorar, por lo que es importante que te obligues a pesar de que no tengas ganas de hacer ciertas cosas.


Espero que estas palabras te ayuden a enfocar mejor tu problema y a trabajar para resolverlo. Están basadas en mi opinión profesional y su finalidad es darte un consejo, pero no son sustituto de una terapia. Si no puedes resolver el problema y te está afectando en tu vida diaria, es importante que busques ayuda de una persona calificada. Si deseas hacerme otra consulta o hacer una cita, escríbeme, por favor a: silvia@consultaconsilvia.com


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